© Janusz L. Wiśniewski

 

De la rampa que esta situada la lado del carril numero cuatro en el anden numero once de la estación de trenes Berlín Lichtenberg es de donde salta el mayor numero de suicidas. Así lo dicen las oficiales y estrictas como siempre estadísticas alemanas para todas las estaciones de Berlín. De todas formas esto se nota cuando estas sentado en uno de los bancas a lado del carril numero cuatro en el anden numero once. Allí las vías son notablemente mas relucientes que en los demás andenes. Las frenadas de emergencia, habitualmente repetidas, dejan pulidas las vías para mucho tiempo. Además las normalmente grises y sucias bases ferroviarias de hormigón están en algunos sitios a lo largo de todo el anden once mas claras que en los demás, en algún que otro lugar incluso blancas. En estos sitios los empleados de mantenimiento de la estación han utilizado fuertes detergentes para limpiar las manchas se sangre de los desgarrados y arrastrados por las locomotoras y los vagones, cuerpos de los suicidas.

Lichtenberg es una de las estaciones situadas más a en periferia de Berlín y con esto también la más descuidada. Quitándose la vida en la estación Berlín Lichtenberg se tiene la impresión de que se ha dejado atrás un oscuro, sucio, apestoso a orina mundo, lleno de gente que tiene prisa, esta triste o deprimida. Dejar un mundo así es mucho más fácil.

La entrada a través de unas escaleras de piedra hasta el anden numero once es la ultima del túnel entre las taquillas y la sala donde se encuentran los transformadores. El cuarto carril es el más extremo de todos los de la estación.

Se decidiera suicidarse saltando debajo del tren, estando en el lugar donde de encuentran las taquillas en la estación Berlín Lichtenberg, en el tiempo que tardaría en llegar a la rampa del carril cuatro del andén numero once su vida seria mas larga. Por eso los suicidas casi siempre eligen el carril numero cuatro del anden numero once.

En la rampa al lado del carril numero cuatro del anden numero once hay dos bancos, cubiertos por graffiti y con cortes de cuchillo, están sujetas con grandes tuercas al suelo de hormigón.

En el banco que esta mas cerca de la salida del túnel estaba sentado un delgado y apesto hombre. Desde hacia años vivía en la calle. Tiritaba de frío y miedo. Estaba sentado con las pernas cruzadas de une manera anormal, las manos las tenias metidas en los bolsillos de un abrigo de ortalion, roto y vuelto a pegar en algunos lados, con un celo amarillo en el que estaba escrita la frase “Just do it”. Fumaba un cigarro. A su lado en el banco había unas cuantas latas de cerveza vacías y una botella de vodca vacía. Al lado del banco en una bolsa de plástico de la marca Aldi, de la cual hace mucho tiempo se había ido en el color amarillo, se encontraba todo lo que poseía.

Una manta quemada en algunos sitios, algunos sitios, algunas jeringuillas, una caja para el tabaco, papelinas para envolver tabaco, un álbum con las fotografías del entierro de su hijo, un abrelatas, una caja de cerillas y dos de meta-dona, un libro de Remarque manchado de café y sangre, une vieja cartera de piel, con fotografías que representaban a una mujer joven y que se habían vuelto amarillas con el tiempo, además estaban rotas habían vuelto a ser pegadas, un diploma por haber finalizado los estudios superiores y un certificado de in antecedentes.

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[ Spanish translation by (©) Agnieszka Nowicka, Poland ]